Estamos ante nuevos escenarios que dependerán fundamentalmente del nivel de competencias digitales y de la disponibilidad y asequibilidad de una infraestructura digital adecuada, así como de las capacidades para desplegar eficazmente tecnologías digitales, y las plataformas de servicios digitales. Las nuevas demandas sociales, las oportunidades de la economía verde, las posibilidades que se abren a la digitalización como consecuencia de la pandemia de COVID-19 y la expansión del teletrabajo, ha traído una atención renovada a las zonas rurales como lugares de bienestar, seguridad, vida ecológica y nuevas oportunidades. Las tecnologías digitales ofrecerán servicios nuevos, como sistemas de transporte inteligentes multimodales, asistencia rápida de emergencia en caso de accidentes, soluciones de gestión de residuos más específicas, soluciones inteligentes de energía e iluminación, o la optimización de recursos. También nos traerán nuevos escenarios en la prestación de los servicios por parte de los pequeños municipios, donde será necesario el desarrollo de aplicaciones digitales de conexión entre las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Entidades Locales para paliar las necesidades de la ciudadanía en su relación con la Administración y que acelere la gestión del cambio y la cualificación del personal al servicio de éstas. Para ello se hará necesario continuar con el desarrollo de plataformas de gestión del territorio, donde cada municipio pueda acceder, analizar y explotar los datos mediante el desarrollo de Cuadro de Mandos estratégicos y operacionales que permitan poner en valor los datos. No se trata sólo de almacenar, hay que ser selectivo con los datos, propiciar la combinación de datos históricos con reales, y sobre todo orientarlos hacia la toma de decisiones. Una orientación hacia casos de usos y análisis de los datos