Desde hace 30 años, Berger-Levrault ha optado por construir sus ofertas en colaboración con sus clientes y socios estableciendo regularmente equipos de trabajo de construcción. No se trata de una acción de marketing, sino del espíritu que mueve la empresa, y que se percibe en la manera de aprehender de sus sectores de actividad, apoyándose en la inteligencia colectiva para contribuir al bien común.

Beneficios de la inteligencia colectiva

La co-construcción no es una receta milagrosa, sino el fruto del respeto entre dos partes y que permiten su buen funcionamiento, creando valores comunes con el objetivo de lograr resultados diferenciadores y soluciones innovadoras que respondan a las expectativas de cada público.

El desarrollo de software exige tiempo y recursos, que deben ser utilizados de manera inteligente y eficaz. Análisis, comprensión y validación de las necesidades presentes y futuras, iteración en los procesos productivos, una adaptación permanente: estos son los ingredientes utilizados por los equipos de Berger-Levrault, siguiendo una fórmula que incluye un conjunto de métodos sabiamente orquestados.

Un panel de herramientas eficaces

Para  crear, desarrollar y mejorar sus productos, Berger-Levrault se apoya en una combinación de herramientas. Así, por ejemplo, los responsables de producto organizan equipos de trabajo de construcción y reúnen periódicamente a grupos de clientes, socios y usuarios para profundizar en un tema y compartir sus experiencias.

Los responsables de producto recaban las necesidades en los backlogs de producto para definir las listas de funcionalidades del software. Por su parte, los métodos de UX design -diseño de la experiencia de usuario- permiten, a través de maquetas, ajustar las interfaces y responder exactamente a las necesidades.

Esta cultura de la construcción conjunta se inscribe en la historia de la empresa, que hace 30 años creó clubes de usuarios para cada tipo de actividad, y que siguen vigentes hasta el día de hoy. Magel y Cusma son los clubes en Francia en los que nuestros clientes y socios comparten sus experiencias, intercambian opiniones y, en última instancia, participan en la realización de los productos que necesitan. Gracias a su constancia, los clubes crean una relación de confianza cuyo objetivo es el bien común.

En España se realizan grupos de trabajo periódicos que nos permiten avanzar en la mejor creación de las nuevas soluciones y adaptarlas a las necesidades reales de nuestros clientes.

El modelo de inteligencia colectiva de Berger-Levrault forma parte del ADN de la empresa y contribuye tanto a su desarrollo como al de sus clientes y socios, siendo además una fuente de inspiración.