Por Ángela Medrano

El Congreso de Mujeres en el Sector Público es un lugar de confluencia, de impulso y de reafirmación para cientos de profesionales que, desde sus distintas posiciones y trayectorias, están redefiniendo qué significa liderar en lo público. Una red de talento diverso que no busca protagonismos vacíos, sino transformar con conocimiento, con visibilidad y con impacto.

Y este 2025, Berger-Levrault ha estado ahí para escucharlo, compartirlo y sumarse con una narrativa clara: la colaboración público-privada es una herramienta transformadora si se construye desde la ética, la corresponsabilidad y la tecnología al servicio de las personas.

Un congreso que interpela desde lo profesional y lo estructural

Con un programa rico en miradas, experiencias y ámbitos, el congreso en cada edición pone en el centro no solo la igualdad de oportunidades y el liderazgo femenino, sino también cuestiones estructurales como la transformación digital, el reto demográfico, la sostenibilidad institucional y el futuro de la gestión de personas. Las ponencias y mesas de debate no eludieron la autocrítica, ni los retos pendientes, pero tampoco renunciaron al reconocimiento del camino ya andado.

Desde nuestro rol como empresa que trabaja codo con codo con más de 4.500 administraciones locales en España, nuestra participación se planteó con una intención clara: revalidar el valor de una colaboración público-privada que está generando resultados reales en digitalización, adopción de la nube e integración de la inteligencia artificial en servicios públicos.

Del discurso al compromiso tangible

A lo largo del congreso, pudimos escuchar testimonios de directivas públicas, técnicas especialistas y responsables institucionales que coinciden en un mismo diagnóstico: la transformación no es posible sin alianzas. El sector público está afrontando una complejidad creciente que exige agilidad, escalabilidad, seguridad y acompañamiento.

En ese escenario, Berger-Levrault se posiciona no como un proveedor tradicional, sino como un aliado estratégico: comprometido con la ética, la competencia leal y la generación de soluciones tecnológicas que se adaptan a las necesidades reales de los territorios.

En nuestras conversaciones en los pasillos, los espacios de networking y las entrevistas realizadas, se repetía una idea: “no se trata solo de vender software, sino de estar cuando hace falta, de ofrecer respaldo técnico y humano, y de entender los tiempos y ritmos del sector público sin forzar procesos”. Esa sensibilidad es la que permite construir relaciones sostenibles y de confianza para trabajar juntos en  proyectos que se mantienen en el tiempo.

Nube, IA y transversalidad: no es futuro, es presente

Uno de los ejes recurrentes durante el congreso fue la necesidad de que las administraciones públicas consoliden su apuesta por la tecnología no como un fin en sí mismo, sino como un medio para ganar eficiencia, trazabilidad, seguridad y capacidad de servicio.

En ese sentido, pusimos en valor la apuesta por la nube como infraestructura clave para garantizar la continuidad del servicio, el cumplimiento normativo, la interoperabilidad entre áreas y la adaptabilidad a entornos cambiantes. Del mismo modo, tuvimos la oportunidad de trasladar el potencial de la inteligencia artificial para apoyar la toma de decisiones, automatizar procesos burocráticos repetitivos y liberar recursos para tareas de mayor valor público.

La transversalidad, como principio, también ocupó un lugar central: ya no se entiende la igualdad, la inclusión o la perspectiva de género como compartimentos estancos, sino como criterios que deben impregnar desde el diseño tecnológico hasta la contratación, la gestión de datos y la prestación de servicios.

 

Una participación con sello y coherencia

En nuestro paso por el Congreso, no quisimos limitarnos a ocupar un espacio institucional. Fuimos a compartir, a conversar y también a contrastar nuestras propias líneas de acción con lo que está pasando en la administración real.

Nos llevamos muchas certezas: la primera, que el liderazgo público ya no se puede pensar sin pluralidad. Sin nuevas miradas. Sin apertura. Y que desde lo privado podemos (y debemos) contribuir a generar entornos donde la diversidad sea una ventaja competitiva también en lo público.

Y también nos llevamos preguntas, porque participar de estos espacios también implica escuchar, desaprender y estar dispuestos a revisar.

El reto de narrar lo público desde otro lugar

Como profesionales y actores del sector público, sabemos que buena parte de la transformación pasa por contar mejor lo que se está haciendo bien, poner en valor lo invisible, y abrir nuevos espacios de confianza entre la ciudadanía y sus instituciones.

Ese fue uno de los mensajes compartidos entre muchas de las personas asistentes, y una tarea que desde Berger-Levrault también asumimos como propia. Porque la tecnología sin relato humano se queda corta.

Y lo público necesita más que nunca ser entendido, respetado y defendido.

 

Gracias por abrirnos el espacio

Queremos agradecer a la organización de Mujeres en el Sector Público la oportunidad de formar parte de un evento que no solo visibiliza, sino que propone, conecta y activa. Y agradecer, sobre todo, a todas las profesionales con las que compartimos esta edición: por vuestra lucidez, vuestra entrega y por recordarnos que la innovación también se construye en colaboración, con rigor y valentía.

Porque transformar lo público es un reto de muchas. Y de todos.