Por Ángela Medrano
Su labor diaria se centra en coordinar y optimizar la función interventora, asegurando que los recursos públicos se gestionen de manera eficiente y conforme a la legalidad. Pero en su caso, el control no se entiende como freno, sino como motor de cambio.
Desde la Intervención General participamos activamente en la transformación digital del control interno y tratamos de propiciar el cambio en la gestión. Colaborar con las estrategias de modernización de la Administración es parte de nuestro propósito.
Recientemente asistió al 4º Congreso de Control Interno Local, un punto de encuentro clave para los profesionales del sector. “Es una cita imprescindible. En una organización como la nuestra, donde no existe una escala específica de intervención, estos espacios son esenciales para formarnos, inspirarnos y crear red”, añade.
Hay que decirlo y destacarlo; gracias al liderazgo de la Intervención General y la implicación transversal de toda la organización, la ejecución del gasto ha dejado de ser un proceso autónomo para integrarse como un efecto directo de la actuación administrativa.
El resultado habla por sí mismo:
Una modernización silenciosa pero profunda, que traduce la tecnología en eficiencia real y libera tiempo para tareas de mayor valor añadido.
Para Castellanos, la verdadera innovación pública no pasa solo por implantar tecnología, sino por repensar las tareas y roles dentro de las organizaciones.“El reto principal es resituar a los empleados públicos en tareas que aporten valor. Muchas veces implantamos soluciones digitales sin revisar la estructura organizativa ni las cargas de trabajo. La administración debe atreverse a hacer esa reflexión crítica.”
Recuerda una definición de la Comisión Europea que, más de veinte años después, sigue vigente:
La administración electrónica no es solo usar TIC, sino combinarlas con cambios organizativos y nuevas aptitudes.
Y ahí, subraya, es donde sigue pendiente una parte del trabajo: dotar de nuevas competencias, agilidad y pensamiento crítico al personal público.
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En su visión, la formación es la piedra angular del cambio: “Entramos en la administración por pruebas memorísticas que garantizan mérito y capacidad, pero estamos dejando de lado aptitudes esenciales en un entorno digital: adaptabilidad, pensamiento crítico, trabajo colaborativo. Hay muchísimo talento en el sector público; solo necesitamos orientarlo bien.”
Una reflexión que conecta de lleno con nuestro propósito como organización: impulsar el desarrollo de las personas que hacen posible la administración que necesitamos.
Cuando se le pregunta qué la motiva a seguir transformando, su respuesta resume la esencia de su compromiso:
En la Administración puedes hacer tu carrera repitiendo lo mismo año tras año y nadie te dirá nada. Pero mejorar los procesos, hacer que las cosas funcionen mejor que como las encontraste… eso te motiva, te reta y da sentido a lo que haces.
Matilde Castellanos pertenece a esa nueva generación de profesionales públicos que no se conforman con gestionar, quieren y buscan mejorar y simplificar lo que encontraron y, de ese modo, aportar valor real al ciudadano.
Para nosotros dar visibilidad a su trabajo es también una forma de inspirar a quienes, como ella, creen que otra administración pública no solo es posible, sino que ya se está construyendo.