Hablemos sobre la discapacidad

Celebrado anualmente desde 1992 por iniciativa de las Naciones Unidas, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad tiene como objetivo mejorar la comprensión y la valoración de la discapacidad, y apoyar a las personas afectadas por esta situación.

Al igual que el año pasado, nos gustaría compartir el testimonio de una empleada con discapacidad y su opinión sobre el apoyo que recibió para convivir con su enfermedad en el trabajo.

Entrevistamos a Lucie Guiliani, responsable de Atención al Cliente de Berger-Levrault Francia, que padece una enfermedad crónica, la enfermedad de Meniere.

6 preguntas para conocer su trayectoria profesional y cómo concilia la actividad profesional y la discapacidad

Berger-Levrault: Cuéntanos tu trayectoria profesional en Berger-Levrault.

Lucie Guiliani: Empecé a trabajar en Berger-Levrault hace unos 10 años, cuando me incorporé al departamento de Atención al Cliente para la gama de productos e.magnus. Desde entonces, me han asignado a diferentes líneas de productos, RR.HH. o Contabilidad, siempre en el mismo departamento, pero debo admitir que me atraen más nuestros productos de RR.HH. Estoy encantada de haber podido trabajar con la solución de RR.HH. e.sedit durante los últimos 5 años y me siento realizada dentro del equipo de Atención al Cliente.

Berger-Levrault: ¿Cómo se manifiesta tu discapacidad en tu vida cotidiana profesional y/o personal?

Lucie Guiliani: Padezco una enfermedad invisible, la enfermedad de Meniere, que me diagnosticaron hace 20 años. Esta enfermedad se traduce en períodos de ataques, más o menos frecuentes y largos, más o menos incapacitantes, en los que me siento mareada, como si estuviera en un barco. A veces no puedo mantenerme en pie porque toda la habitación parece girar como un tiovivo… Me dan miedo estos ataques porque no puedo predecir su aparición, intensidad o duración. Hasta la fecha, no hay cura y la evolución de la enfermedad varía de una persona a otra.

Como consecuencia de los mareos, a veces me resulta difícil concentrarme y esto también me produce una gran fatiga. Entre un ataque y otro, la enfermedad se desvanece y me deja continuar como si nada.

A nivel personal, cuando tengo un ataque y no puedo coger el coche, hacer tareas sencillas, ir a lugares públicos ruidosos, etc., la vida cotidiana se complica bastante. Y mis hijos, que no ven ningún daño “físico”, no entienden la situación.

En el aspecto profesional, el teletrabajo me permite estar tranquila en casa cuando vuelven los mareos. Adapto mi ritmo según la intensidad de la crisis y prefiero escribir a hablar. A veces no puedo participar en reuniones de equipo cuando se trata de ir a restaurantes, por ejemplo, porque hay demasiado ruido.

Berger-Levrault: ¿Qué te llevó a solicitar oficialmente* el certificado de discapacidad?

Lucie Guiliani: ¡Una crisis! Tardé más de un año en iniciar los trámites del Certificado de Discapacidad (que son muy largos). Tenía miedo a la “etiqueta”, a que me obligaran a reducir mis horas de trabajo, a que me desacreditaran ante mis compañeras y compañeros… Después de cada crisis, creía que la enfermedad había desaparecido para siempre. Poco a poco llegó la aceptación gracias, sobre todo, al equipo médico que me sigue y al testimonio de Marie-France Maurin el año pasado que me hizo pensar que era posible vivir mejor con mi enfermedad en el trabajo. Finalmente me di cuenta de que podía continuar mi carrera profesional adaptando las condiciones en las que trabajo.

* En España, existe un reconocimiento oficial de la condición de trabajador discapacitado: se trata de una decisión administrativa que concede ayudas específicas a las personas con discapacidad.

Berger-Levrault: ¿Qué soluciones concretas te ha ofrecido Berger-Levrault para conciliar la vida profesional y la discapacidad?

Lucie Guiliani: Me gustaría dar las gracias al equipo de Capital Humano, que me apoyó con amabilidad y me puso en contacto con una organización independiente para adaptar mi puesto de trabajo. Berger-Levrault validó los ajustes recomendados, que ayudan a reducir la aparición del vértigo al estar correctamente instalados en la oficina y en casa, moviendo menos la cabeza de izquierda a derecha, por ejemplo. También agradezco la comprensión de mi dirección, que me permite conciliar a diario mi trabajo con mis problemas de salud. Por ejemplo, en caso de crisis grave, se me permite aumentar la frecuencia de mis días de teletrabajo (para reducir el ruido ambiental y el riesgo de tener que coger el coche) y modular mi ritmo de trabajo durante la jornada.

Berger-Levrault: Y con tus compañeras y compañeros, ¿cómo fue la transición?

Lucie Guiliani: La mayoría de mis compañeros ya conocían mis problemas de salud y comprendieron inmediatamente el valor de estos ajustes.

Berger-Levrault: ¿Qué te llevas hoy de esta experiencia? ¿Qué consejo darías?

Lucie Guiliani: Hoy me arrepiento de no haber iniciado los trámites antes, he perdido tiempo en cuanto a calidad de vida y trabajo. No pensé que la enfermedad de Meniere pudiera ser reconocida oficialmente, no me atreví a preguntar.

Aconsejaría a las personas con patologías que repercuten en su trabajo, con discapacidades que a menudo son invisibles, que no duden en informarse para mejorar sus condiciones y poder vivir mejor cada día.

Gracias a Lucie por su testimonio y felicidades por su lucha contra esta enfermedad crónica (enfermedad de Meniere).