El estudio encargado a la consultora madrileña Bonser para realizar un ‘Informe de Análisis y Diagnóstico de la situación patrimonial del Ayuntamiento’ ha confirmado lo que ya se sospechaba desde hace tiempo: que la gestión municipal de sus propiedades está «desfasada», que no existe coordinación alguna entra las diferentes áreas y cada una lleva el control como buenamente puede y que es necesario actualizar un inventario que lleva 14 años sin revisarse.
Entre las conclusiones del estudio destaca la falta de personal en la Concejalía de Patrimonio y la necesidad de que este departamento tenga peso propio y no cuelgue como un área menor de Contratación. Junto a eso, otra importante necesidad es la de disponer de un sistema informático, ahora obsoleto.
Al mismo nivel de importancia se aconseja la creación de un manual de normas y procedimientos para que los empleados municipales de todas las secciones sepan qué es lo que tienen que hacer cuando se produce una alteración en los bienes. Es decir, un protocolo o unas instrucciones sobre lo que hay que hacer cuando, por ejemplo, se alquila o se cede un local, cuando se acomete una reforma en un edificio, en el momento en que se compra mobiliario, al recibirse una donación…
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